La adolescencia es una etapa de la vida de grandes cambios, tanto internos como externos, y de especial vulnerabilidad dada la falta de experiencia que por razón de la corta edad se han tenido.
El adolescente se enfrenta a cambios, no solo en su fisiología y anatomía, sino también en la relación consigo mismo y con los demás, su entorno cambia y le presenta nuevos retos y exigencias que antes no tenía, la maduración sexual implica cambios hormonales y fisiológicos que le van a proporcionar nuevas vivencias, no siempre fáciles de manejar.
Dado que la familia es un sistema de relaciones en el que todos se influyen explícita e implícitamente, los cambios en uno de sus miembros van a provocar cambios en el resto de los miembros mas o menos llamativos, estos cambios no siempre son en la dirección adecuada y pueden producir situaciones que dañen al adolescente y por ende a todo el sistema familiar.
Todos estos factores van a influir en la forma en que el adolescente conforme la seguridad en si mismo, su autoestima y las creencias básicas que permitirán una evolución satisfactoria o pueden bloquear su desarrollo creándole graves problemas emocionales que van a influir en el desempeño de las tareas propias de esa etapa.
Otro factor muy importante y de alto riesgo en esta etapa es el contacto que la mayoría de los adolescentes tienen con el mundo del alcohol y de las drogas. La mayoría de las personas que han desarrollado una adicción a sustancias han comenzado los consumos en la etapa de la adolescencia. El adolescente pone como prioridad en esta etapa a los amigos y van a tratar de sentirse integrados en el grupo de iguales imitando los patrones de comportamiento de su grupo. Los padres pasan a un segundo plano y estos no siempre son conocedores de todas las conductas de sus hijos.
El tratamiento psicológico de un adolescente implica inicialmente hacer una evaluación de la problemática tanto del Paciente como de su entorno para obtener un diagnóstico que permita implementar un tratamiento adecuado a dicha problemática.
La relación terapéutica entre el adolescente y el psicólogo es de suma importancia dado que es lo que hará que el adolescente pueda abrirse con el profesional y este pueda ayudarle. La confidencialidad ha de estar ligada a proteger dicha relación terapéutica, los padres han de participar de manera activa para realizar los cambios necesarios en la familia que permitirán que el sistema familiar pueda funcionar de manera adecuada para todos sus miembros.
Los problemas más comunes en la adolescencia son:
- Problemas emocionales y afectivos
- Ansiedad
- Depresión
- Angustia
- Agresividad
- Aislamiento social
- Problemas de conducta
- Abuso de sustancias