Al preparar la charla sobre abusos sexuales a niñas y adolescentes lo primero que me he encontrado es que no existe un concepto suficientemente aceptado y preciso, en la comunidad científica sobre lo que se define como abuso sexual a un menor, no llegan a ponerse de acuerdo en definir con exactitud este concepto, si parece que en todas las definiciones que se dan, existen, al menos, tres criterios que son los mas utilizados, estos son

.1.- Existir una diferencia de edad entre la víctima y el agresor: El abusador será mayor que la víctima al menos en 5 años si esta no pasa de los 12 años y mayor en 10 años como mínimo si la víctima pasa de los 12 años .

2.- .El tipo de estrategia que el agresor usa para conseguir sus fines que iría desde la coacción, al uso de la fuerza, la sorpresa, la seducción y hasta el engaño

3.- .El tipo de conducta sexual entre ambos, esta puede realizarse con o sin contacto físico, con contacto anal, genital u oral, caricias sexuales, peticiones sexuales, pornografía y hasta exhibicionismo.

Existe un consenso en que debe existir dos criterios básicos para que sean definidos como abusos sexuales: una relación de desigualdad entre agresor y víctima y la utilización del menor como objeto sexual.

Por tanto podemos decir que abuso sexual es cualquier clase de placer sexual con un menor por parte de un adulto desde una posición de poder o de autoridad. No es necesario que exista un contacto físico ( en forma de penetración o tocamientos) para considerar que existe abuso sexual, sino que puede utilizarse al menor como objeto de estimulación sexual.

Se incluye aquí el incesto, la violación, la vejación sexual (tocamiento o manoseo al menor con o sin ropa, alentar, forzar o permitir que el menor toque de manera inapropiada al adulto), También incluye el abuso sexual sin contacto físico (seducción verbal, solicitudes indecentes, exposición de órganos sexuales a una niña o niño para obtener gratificación sexual, realización del acto sexual en presencia del menor, masturbación en presencia del menor, pornografía, etc.

 

2.- ¿CUÁL ES LA INCIDENCIA DE LOS ABUSOS SEXUALES?

El abuso sexual a menores está presente en todas las culturas, en nuestra cultura occidental está ampliamente sufrida por los menores. La tasa de prevalencia mediante estudios retrospectivos, definiendo los abusos en sentido amplío, oscila entre un 15 % en los varones y un 30% en las mujeres. No obstante, el abuso sexual percibido por el menor y que le genera un malestar clínicamente significativo e interfiere en su normal desarrollo evolutivo sería del 4% al 8% de la población infantil.

La mayor parte de los abusos, el 85%, son cometidos en el hogar familiar, por miembros de la familia o personas muy allegadas a ellos y la mayoría de los agresores son hombres.

Los abusos se cometen en todas las clases sociales, ambientes culturales o razas, aunque el 20% de las violaciones las realizan menores de edad y casi el 50% de los agresores cometen su primer abuso antes de los 16 años. Los abusadores suelen ser personas integradas socialmente y sin ningún tipo de problema mental.

 

3.- ¿CÓMO SABER SI UN MENOR SUFRE DE ABUSOS SEXUALES?

La mayoría de los niños y niñas que sufren abusos sexuales no se lo cuentan a nadie porque creen que la gente va a pensar que no es verdad. A veces desconocen el vocabulario necesario para hablar del tema y por tanto no pueden expresarlo, otras veces por lealtad al miembro de su familia que lo está haciendo que les seduce haciéndoles creer que es porque se quieren mucho.

Aunque no lo expresen verbalmente si lo hacen mediante algunos cambios en su comportamiento.

Debemos ponernos alerta cuando de pronto una niña o niño comienza a manifestar simultáneamente varios de los siguientes comportamientos:

 

  • Se resiste a ir a cierto lugar o a quedarse con cierta persona
  • Aparecen trastornos en su forma de dormir (pesadillas, se orina en la cama, teme dormir sola, necesita luz encendida durante toda la noche, etc)
  • Aparecen trastornos en la alimentación (no tiene apetito o tiene mucho apetito de pronto)
  • Siente nuevos temores y necesita que se la tranquilice mucho mas que antes
  • Retorna a su comportamiento inmaduro, como de bebé
  • De repente rechaza al padre o a la madre de forma repentina
  • A veces se automutila o intenta suicidarse
  • Puede fugarse de casa para evitar que continúen los abusos
  • Baja su rendimiento escolar y cambia su comportamiento social
  • Manifiesta conductas sexuales impropias de su edad: masturbación excesiva, interacción sexual con iguales, agresiones sexuales a otros niños mas pequeños o vulnerables, conductas sexuales con adultos, conducta seductiva o promiscuidad.
  • Manifiesta conocimientos sexuales impropios de su edad
  • Aparecen indicadores físico tales como: dificultad para caminar o sentarse, traumas físicos o irritación en el área ano-genital, infecciones genitales o del tracto urinario, enfermedades venéreas y por supuesto embarazo.

Existen otros indicadores en la conducta del abusador-cuidador del menor tales como:

  • Ser extremadamente protector y celoso del menor
  • Alentar al menor a implicarse en los actos sexuales o prostitución en su presencia.
  • Haber sufrido abusos sexuales en su infancia
  • Experimentar dificultades en su matrimonio
  • Abusos de drogas y alcohol
  • Estar frecuentemente ausente del hogar

 

4.- ¿QUE EFECTOS PRODUCE A LARGO PLAZO LOS ABUSOS SEXUALES?

Las personas jóvenes y adultas que han sido abusadas sexualmente durante su niñez o adolescencia arrastran problemas a lo largo de sus vidas y suelen necesitar un apoyo o terapia psicológica especializada para superarlos.

Los daños se hacen mayores en función de que el menor haya sufrido el abuso por mas tiempo continuado o de que lo haya realizado una persona cercana y de confianza para el menor.

Las consecuencias mas comunes que presentan luego en la edad adulta son:
* Odio al propio cuerpo, sentirse sucia.
* Desvalorización personal, pobre autoestima.
* Depresión, fobias, ansiedad y problemas psicosomáticos.
* Problemas de relación con otras personas, social y sexualmente.
* Miedo a la intimidad e incapacidad para poner límites y autoafirmarse.
* Comportamientos auto agresivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y realizando intentos de suicidio.
* Establecer muchas relaciones de abuso, incluso de maltrato, los varones victimizados tienden a ser abusadores y maltratadores, mientras que las mujeres victimizadas tienden a ser maltratadas y nuevamente abusadas.
* Juegos más allá del típico mamá-papá o doctor; por ejemplo introducir objetos por la vagina o ano en sus relaciones sexuales.

 

* Generalmente hacen dibujos hipersexualizados o no incluyen ojos, genitales o boca. O las niñas se dibujan como adultas, pintadas y con tacones.

 

5.- ¿QUÉ HACER SI UNA NIÑA O UN NIÑO NOS CUENTA QUE ESTA SIENDO ABUSADO SEXUALMENTE?

No debemos esperar que un niño revele lo que está pasando, tendría que ser muy maduro y fuerte para poder hacerlo.

El descubrir que han abusado de una niña o niño, puede resultar algo demasiado angustiante para cualquier persona. Sin embargo, nuestra primera reacción es muy importante para la víctima ya que muchas veces no lo cuentan porque piensan que la gente no les va a creer. Por eso es muy importante:
Creerle, dar fiabilidad a sus palabras.
Creerle desde la primera señal que nos da. Nunca decirle que miente, porque no es capaz de engañar con algo así.

Lo segundo es ofrecer ayuda al cuidador de la víctima y advertirle que puede obtener apoyo para que la agresión no siga ocurriendo con la víctima y con otros menores. Hay que tener conciencia de que el niño jamás tiene la culpa, ni imaginar la idea de que hizo algo para provocar.

No es fácil descubrirlo, porque la víctima confunde los abusos con juegos de seducción, y porque frecuentemente hay amenazas por parte del agresor. Entran en una dinámica de espada y pared, el abusador manipula mucho las emociones: «Si tu mamá se entera, por tu culpa me pueden meter preso y a ti te van a castigar». O les dicen que lo hacen porque los quieren mucho.

* Dejar muy claro que no tiene la culpa de lo que le ha ocurrido. El adulto es el responsable.
* Decirle y agradecerle el que se lo haya contado.
* Transmitirle que sentimos mucho que le haya pasado esa experiencia y que a otras niñas y niños también le ha ocurrido. Decirle que vamos a ayudarle y protegerle. Animarle de forma tranquila a que hable de ello y no mostrarse enfurecido porque podría sentirse culpable de haberlo contado.
* Si no eres su madre, pídele permiso para hablarlo con ella o para pedir ayuda profesional especializada.

Es especialmente doloroso para una madre saber que el abuso fue cometido por su esposo. En este caso, también ella es otra víctima. Además tendrá que decidir si es necesario hacer un reconocimiento médico a su hija o hijo, si presentará una denuncia y si demandará judicialmente al agresor. Todas estas decisiones que debe tomar después de un caso de abuso sexual son muy difíciles. Para asumir este terrible hecho y tomar las medidas oportunas, ella también necesitará apoyo.
Es frecuente que las madres nieguen sistemáticamente el conflicto a pesar de las señales enviadas por el menor.

6.- ¿CÓMO SON LOS AGRESORES SEXUALES?
Son personas consideradas «normales» desde casi todos los puntos de vista. Muchas veces son personas respetadas, incluso aparentan firmes valores morales y religiosos. A veces, el agresor es un joven menor de edad.

La pedofilia abarca un sector de abusadores sexuales que optan por fijarse en niños de cierta edad. No obedecen a un perfil psicológico determinado, pueden ser muy funcionales en algunos ámbitos y no son de personalidades extremas. Son personas inmaduras emocionalmente, con poca capacidad de contactar con el otro, centradas en sus necesidades. Incluso pueden ser valoradas socialmente

A esto hay que sumarle la habilidad para lograr mantener sus agresiones en secreto.
En su mayoría los pedófilos son hombres, menos agresivos que los violadores; muchos de ellos son alcohólicos o sicóticos de mente torpe o asociales.
La personalidad del agresor de mediana o mayor edad es de un individuo solitario y con dificultad para establecer relaciones heterosexuales normales, suele tener baja autoestima, con pocos recursos para enfrentar situaciones de estrés y frecuentemente abusa del alcohol y/o sustancias. Por lo general, no presenta trastorno psicopatológico pero si una desinhibición de su comportamiento. Sin embargo, se ha visto que dos tercios de los reclusos pedófilos maduros llevaron a cabo esta conducta en momentos que sufrían de situaciones estresantes

El pedófilo puede llegar a sentirse culpable, pero no es capaz de detenerse porque adictivamente empieza a necesitar otros niños cerca suyo.
Poco se sabe de las causas, pero se dice que una de ellas es el aprendizaje de actitudes negativas hacia el sexo, como experiencias de abuso sexual durante la niñez, sentimientos de inseguridad y autoestima baja, con dificultad en relaciones personales, etc.; lo que facilita la relación adulto-niño.

La mayoría de estos agresores niegan el abuso con vehemencia. Sólo bajo evidencias legales y presión, algunos aceptan la acusación parcialmente, pero lo justifican afirmando cosas como las siguientes::
«no fue nada grave, nada de importancia».
«no le hice daño».
«la culpa fue suya».

para que le enseñe otro ya la enseño yo”

es una coqueta y me provoca y yo soy un hombre”

es una relación especial entre nosotros, nos queremos tanto que nos lo demostramos”

Las madres que conocen y consienten también suelen justificarlo con frases como:

para que se alivie fuera que se alivie en casa”

En general el pedófilo siente el deseo y su impulso es a responder con menores con los que se siente mas poderoso, mas seguro y luego se lo explica de acuerdo con los argumentos anteriores. Pueden no ser conscientes de su inclinación, creer que es algo emocional especial y que dentro de ello está el sexo.

Cuando se ven descubiertos suelen afirmar que lo sienten muchísimo, que nunca lo volverán a hacer, que ocurrió porque estaban borrachos o drogados. Los agresores sexuales son muy convincentes, hasta tal punto que quizás nos hagan dudar seriamente del menor. Pero recordemos que las niñas y niños no mienten sobre una cuestión tan grave, ya que poco o nada sabían sobre el sexo y su lenguaje.

A pesar del remordimiento que puedan sentir los agresores sexuales, sabemos que suelen reincidir y repetir sus abusos, a no ser que intervenga alguien y los frene. Prácticamente ninguno desistirá voluntariamente sino que necesitará una intervención judicial.

 

7.- ¿CÓMO PREVENIR EL ABUSO SEXUAL EN LOS MENORES?

Es difícil proteger a los niños del abuso sexual de miembros de su familia o amigos íntimos de esta, pero podemos estar alerta ante muchas situaciones potencialmente peligrosas.

Estar consciente de dónde está la niña o niño y qué está haciendo: la atenta supervisión es la mejor protección contra el abuso sexual. Por supuesto, no se puede estar con ellos todo el tiempo.
Conocer a los amigos de los hijos. Especialmente aquellos que son un poco mayores que ellos.

Enseñarles a velar por su propia seguridad.

Enseñarles a no aceptar dinero o favores de extraños.

Advertirles que no acepten nunca pasear con alguien a quien no conocen.

Decirle que busquen la ayuda de otra persona mayor cuando un adulto les hace sentir incómodos o los asusta.
Explicarles que es correcto llamar la atención, gritar y crear un escándalo en estas situaciones.

Recordarles que muchas niñas y niños son víctimas de personas que abusan de ellos.

Decirles que ellos no tienen por qué estar de acuerdo con demandas para mantener contacto físico estrecho.

Asegurarles que es totalmente correcto decir no aún a parientes cercanos y amigos.

Animarles a que nos digan a nosotros u otro adulto inmediatamente si cualquiera los toca o va hacia ellos en forma que parece extraña.

Háblales sin asustarlos.

Si les damos a los niños con frecuencia reglas para su seguridad, tales como: atravesar una calle bulliciosa?, ¿qué hacer cuando ellos tienen un accidente? y otras cosas por el estilo, las precauciones relativas al abuso sexual se convierten en una parte natural de sus conversaciones sobre seguridad en general.

Existen reglas apropiadas para cada edad del niño y ellas cambian a medida que el niño crece.

Estas medidas de prevención deben comenzar a edad temprana, ya que muchos casos de abuso sexual son con niños en edad preescolar
A partir de 18 Meses.- Enseñarles los nombres apropiados de las partes del cuerpo.

 

De 3-5 Años.-Enseñarles las «partes privadas» del cuerpo y a decir «NO» a cualquier oferta sexual. Darles respuestas directas a sus preguntas acerca del sexo.

 

De 5-8 Años.-Explicarles la seguridad lejos de casa y la diferencia entre un cariño bueno y un cariño malo. Animarles a hablar acerca de experiencias que les hayan dado miedo o hayan sido molestas.

 

De 8-12 Años.-Enseñarle seguridad personal. Explicarles las reglas de conducta sexual aceptadas por la familia.

 

De 13-18 Años.- Destacar la seguridad personal. Explícarle la violación, las enfermedades sexuales y el embarazo indeseado.

El abuso sexual afecta a miles de menores cada año y en la gran mayoría de los casos los agresores son personas que ellos conocen y en las que confían, por lo que muchas veces se hace difícil prevenirlos de este tipo de ataques.

Lo más importante es que hablemos de la existencia de abusos sexuales por personas familiares y conocidas, y no solamente de los que son cometidos por personas desconocidas,
Reconocer la existencia de los abusos sexuales es una forma de prevenirlos.
El incesto no es un tabú, es una agresión y un delito.

 

Sabemos que los adultos que abusan de menores suelen reincidir y repetir sus abusos, a no ser que intervenga alguien y los frene.

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