La ansiedad se ha revelado como el mal del siglo XXI. Hoy en día los trastornos de ansiedad son los problemas más tratados en las consultas de los psicólogos clínicos.

EL CASO DE MARINA:

Marina de 32 años, vino a la consulta tras haber tenido dos ataques de ansiedad en dos días seguidos. Comenzó de repente sintiendo una fuerte presión en el pecho, notaba su corazón latiendo muy deprisa, apenas podía respirar, los dedos de las manos se le quedaron rígidos  y la sensación era de que se estaba muriendo. Alertó a su familia y acudieron a urgencias. No sabían lo que la estaba pasando pero el cuadro parecía muy grave. En urgencias le hicieron un electrocardiograma, la tomaron la tensión arterial y le hicieron un análisis de sangre, todo estaba correcto. La diagnosticaron una crisis  de ansiedad, le dieron una pastilla y en unos minutos la sensación de angustia había pasado. Su familia permanecía muy asustada y sin comprender nada de lo que había pasado, la mandaron a  casa con unas cuantas pastillas por si se repetía el cuadro.  Al día siguiente volvió a repetirse dicho cuadro y, nuevamente acudieron a urgencias. El mismo protocolo, el mismo diagnóstico y el mismo tratamiento, esta vez el médico de urgencias le aconsejó acudir a su médico de atención primaria para que le diera un volante a fin de ser valorada en salud mental. Como tenía que esperar más de quince días para ser atendida en psiquiatría la familia decidió acudir a mi consulta de psicología clínica.

Al desarrollar la anamnesis o historia clínica de la paciente se ponía de manifiesto que en los últimos meses Marina había mantenido una situación altamente estresante por varios motivos:

1.- Problemas laborales. La empresa en la que trabajaba estaba ejerciendo cada vez más presión sobre los trabajadores y habían anunciado que se iba a disminuir la plantilla.

2.- La relación con su pareja de siete años  pasaba por un momento complicado ya que Marina cada vez se sentía más distante de él, sin prácticamente ningún deseo sexual, la situación había pasado por varias fases de exigencia de su pareja combinadas con enfados y distanciamiento de este.

3.- Con las amigas también había tenido conflicto ya que se había separado una de las parejas y el grupo prácticamente se había roto.

La anamnesis también ponía de manifiesto que Marina había sido siempre una persona muy sensible, desde niña había sido muy responsable, se preocupaba mucho por sus padres. Siempre muy dada a ayudar a las personas de su entorno que tenían conflictos, de echo había llegado a ser la confidente de muchas de sus amigas cuando tenían problemas. También era la mediadora en los conflictos familiares, todos la buscaban a ella cuando había problemas.

Descartado que existiera alguna alteración de origen orgánico su diagnosticó era un trastorno de ansiedad.

¿QUE ES LA ANSIEDAD?

Actualmente el trastorno de ansiedad puede considerarse como una verdadera epidemia en España. Según la OMS  1 de cada 10 personas padece estos síntomas y es el problema mental más padecido por los españoles, incluso por encima de la depresión, siendo España líder en Europa  en consumo de ansiolíticos.

En realidad  lo que llamamos ansiedad es una reacción normal de nuestro sistema nervioso ante una situación que valoramos como peligrosa. Dicha reacción permite cambios muy rápidos a nivel fisiológicos tales como: aceleración del ritmo cardíaco, mayor afluencia de sangre al cerebro, brazos y piernas, aceleración del ritmo respiratorio, aumento de la tensión en el sistema muscular, calor, sudoración, aumento del diámetro de la pupila ocular, etc.

Todos estos cambios  son adecuados para producir una de tres respuestas que pueden ser adaptativas ante una situación de peligro: ataque, huida o respuesta catatónica de paralización.

La parte del sistema nervioso que  proporciona todos estos cambios es el llamado Sistema Nervioso Simpático. Una vez que la situación de peligro ha pasado se activa otra parte del sistema nervioso, el Parasimpático, cuya función es devolver  al organismo al equilibrio original.

El problema surge cuando dicho Sistema Nervioso Simpático se queda “colgado” y el Parasimpático no es capaz de recuperar el equilibrio original del organismo. La persona lo vive como una sensación de miedo permanente sin saber la procedencia del mismo. Cuando esta sensación rebasa ciertos límites se produce un sentimiento de pánico que la persona intenta justificar, dándole el poder de provocarlo a estímulos externos o internos que en ese momento estén presentes. De esta manera la persona comienza a evitar dichos estímulos que pueden ser tan variados como salir a la calle, ir a la peluquería, pasar con el coche por cierto lugar, etc. También pueden evitar ciertas conductas tales como hablar con ciertas personas, conducir, tragar ciertos alimentos, etc. Son estas evitaciones las que a largo plazo hacen que el problema se cronifique.

Una vez que el Sistema Nervioso Simpático se ha “colgado” es cuando se dice que se padece un trastorno de ansiedad.

Muchas veces el eliminar las causas que han favorecido dicho trastorno hace que el Sistema Nervioso vuelva a sus niveles óptimos de activación, otras veces el problema persiste a pesar de haber cambiado las circunstancias, es entonces cuando es necesario hacer un tratamiento para revertir el problema. Los casos leves, no tratados, pueden convertirse en graves.

TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD:

Hoy en día existen dos enfoques para el tratamiento de los trastornos de ansiedad: el farmacológico y el psicoterapéutico.

El enfoque farmacológico se vale de medicamentos pautados por un especialista médico combinado con el enfoque psicoterapéutico que ha de estar dirigido por un psicólogo sanitario o un psicólogo especialista en psicología clínica.

El enfoque psicoterapéutico consistirá en un paquete de medidas adecuadas a la situación de cada Paciente y se basará en varios objetivos:

1.- Aportar al Paciente suficiente información como para que este pueda comprender su problema.

2.- Enseñarle estrategias que le permitan conocer cómo está su sistema nervioso en relación con su nivel de activación.

3.- Dotarles de herramientas que le permitan regular su sistema nervioso en niveles adecuados de activación.

Antonio Cano Vindel, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés realizó un estudio en el que se analiza cómo se gestionan los trastornos de salud mental en España. De acuerdo con este estudio, casi 4 de cada 10 casos no reciben ningún tipo de tratamiento, al menos 6 reciben medicación y sólo 1 de cada 10 se atiende con tratamiento psicológico sin fármacos.

En el estudio se medía cómo cambiaba la ecuación al introducir más psicólogos en la atención primaria. Se demostraba que hay un índice de recuperación del 70% frente al del tratamiento habitual con pastillas, que es del 30%.

El enfoque farmacológico debería estar indicado en los casos en que el enfoque psicoterapéutico no puede prosperar debido a los altos niveles de ansiedad que hacen que el paciente no pueda trabajar con las herramientas de la psicoterapia.

 

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